Alarmante: Propuesta de Santi Peña es destinar menos presupuesto a Educación en 2025. (Solo 5 de cada 10 estudia)

Vivimos una alarmante situación que se da con el presupuesto de Educación. La propuesta del Poder Ejecutivo para 2025 es de 9,756 billones de guaraníes y es menor al de este año, de 11,14 billones de guaraníes. Los 9,756 billones de guaraníes son apenas el 14,1% del gasto total de la Administración Central que fue presentado por el Poder Ejecutivo, como de 69,166 billones de guaraníes, cuando la Constitución Nacional establece como mínimo el 20% del total del presupuesto de la Administración Central.

Es importante preguntarnos qué consecuencias se pueden observar a partir de esta situación cuando, según el INE sólo 51 de cada 100 de los adolescentes y jóvenes, de entre 14 y 24 años, está en la enseñanza formal.

De acuerdo a la propuesta del Poder Ejecutivo, para el año 2025 la asignación es menor a la de 2024. Esto transgrede lo dispuesto sobre el presupuesto mínimo de Educación en los artículos 145 y 146 y otros de la ley General de Educación y lo dispuesto en la Constitución Nacional en su art. 85 sobre el presupuesto mínimo de Educación, que dispone que debe ser del 20% del total asignado a la Administración Central, excluidos los préstamos y donaciones.

Es peor aun cuando este presupuesto es apenas el 7,34% del Presupuesto General de la Nación que es de 132,9 billones de guaraníes. Según expresa el art. 145 de la ley General de Educación debe ser, como mínimo, del 20%, es decir 26,58 billones de guaraníes. Aparte, la Constitución señala que el sistema educativo nacional contará, además, con los aportes oficiales de las gobernaciones y de los municipios, de acuerdo a las políticas de descentralización y la administración de sus presupuestos.

Debemos considerar que el art. 10 de la derogada ley 4758 del Fonacide decía: los recursos del fondo serán recursos adicionales y complementarios al mínimo presupuesto previsto en el art. 85 de la CN y el gasto consolidado del Ministerio de Educación y Ciencias. Esta Secretaría de Estado no podrá reemplazar, con la asignación creada por esta ley, ninguna política universal de formación, equipamiento, dotación de materiales o subsidio de actividades educativas complementarias dentro y fuera del establecimiento escolar.

Con la derogación de la ley del Fonacide, hoy se utiliza parte de este fondo para financiar una mínima parte del complemento nutricional para los niños y jóvenes, previsto en la CN. Conforme manifiestan públicamente algunos funcionarios, para dar el complemento nutricional a todos los niños y jóvenes se necesita cerca de 600 millones de dólares. Para este caso, el cumplimiento de la ley 1.264 es necesario, de tal manera a proveer estos fondos. Se puede pensar que se trata de disfrazar la insatisfacción de esta necesidad cuando el Ministerio de Desarrollo asigna en su presupuesto menos de la tercera parte de lo necesario para este complemento nutricional. Evidentemente, esta necesidad debe estar prevista en el presupuesto de Educación que hoy se ve ilegalmente recortado.

De ese 49%, muchos están en la delincuencia o son analfabetos funcionales o perecen asesinados o vuelven consumidores de drogas. Ante esta situación de violencia generada, sólo se recurre a la represión, con aumento constante de penas, como solución de un problema que aparece como responsabilidad de una sociedad que los ha condenado a una vida sin futuro, en la delincuencia, en las cárceles. Como dice un sociólogo: si no hay futuro, no hay ley.  

Ante tanta violencia e injusticia creemos que es imprescindible cumplir con la ley de Educación para enfrentar esta situación. ¿A quién pasa desapercibido que la productividad del trabajador, constantemente ofrecida por el Gobierno, para atraer las inversiones, depende de la Educación de estos adolescentes y jóvenes? Peor aún con la velocidad del desarrollo tecnológico en el mundo. Pareciera que el mismo Gobierno niega esa capacidad de desarrollo productivo a los adolescentes y jóvenes. No podemos seguir así abandonando a nuestros niños y jóvenes a su suerte.

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