En un recital mágico, Keane se entregó al público paraguayo y nos deja su profundo amor y respeto a la cultura guaraní

Los paraguayos sabemos cuando nos expresan de forma sincera un profundo amor y respeto, algo que los Keane nos demostraron esta semana… y no solo desparramaron su talento en el escenario sino que se entregaron completamente mostrando la debilidad pero a la vez lo más lindo que tiene el ser humano: los sentimientos hacia nuestra cultura, aquellos que lo supieron transmitir con tanta naturalidad, sencillez y hasta de una forma tan tierna, que este recital quedará entre las más memorables que toda una generación de paraguayos pueda ver.

Oriundos de Battle, Inglaterra, el cariño especial hacia los paraguayos se da porque, según Tom dijo ayer, los recuerda a “aquel pueblito, chico y lejano” donde ellos nacieron, tranquilo, que tiene apenas 6.000 habitantes y está a las afueras de la ciudad.

El sonido y cómo suena la banda en vivo;

La calidad de la voz de Tom Chaplin quien así también dejó todo en el escenario con una sublime elegancia;

Un Tim Rice inspirado que aportaba la dosis de un legendario rock and roll desde un piano, sí, creando sonidos que no parecían provenir de él, desafiando a aquellos incrédulos como lo era yo, y estas locas distorsiones que generaban un sonido tan poderoso y la energía que él, que compone las canciones, transmitía a todos sus compañeros;

Y la energía de Richard Hughes en la batería, y Jesse Quin quien en el bajo mostró en todo su esplendor…

Todas ellas forman la clave del estilo característico de la marca Keane, un pop-rock suave, refinado que logra elevarse sin necesidad de gritos pero con esa gran coordinación de instrumentos y de cada uno de los que componen la banda, lo que fue el motivo que desató la euforia de los presentes ayer. Un concierto que de igual manera es imposible describirlo en toda su magnitud, sino más bien solo vivirlo y al que nos debían de haber citado con la teñida de un evento de este nivel, de gala.

La banda pisó nuevamente nuestro suelo y Tom no dejaba de agradecer y decir que se sentía muy feliz de estar aquí, tras 7 años de su regreso al país, el cual había sido también el mejor concierto de dicha gira según sus integrantes.

Interpretaron sus mejores éxitos ante la euforia de las más de 15.000 almas en el Jockey Club, como los clásicos Bend and break, Silenced by the night,  Somewhere only we know, Bedshaped, Crystal ball, Is it any wonder y Everybody’s changing y los de su nuevo álbum “Cause and effect” como Love too much y The way i feel entre otras que ya empiezan a ganarse el corazón de sus miles de fans.

Chaplin, a quien se lo vio sincero y muy emocionado, transmitió respeto, interés y cariño hacia nuestra cultura, porque habrá practicado mucho para poder decir varias palabras en guaraní, como mba´éichapa, purahéi y rohayhu. Así también visitaron lugares tradicionales del microcentro de la capital, restaurantes además de las calles y sitios turísticos del siempre tan colorido barrio San Jerónimo. Sumado a todo esto la bandera paraguaya no dejó de flamear en el escenario del grupo británico que no ocultó su respeto y admiración en todo momento por el país y los que vivimos aquí.

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